martes, 13 de abril de 2010

Noches de Dolor en Puerto Príncipe, Un Relato Real en Haití.

Este es un Relato verídico de un hombre que vivió la experiencia de ser protagonista de una de las catástrofes más lamentables en Haití. Por Privacidad se cambiarán los nombres y personajes de la historia. Esta Historia, la deseo compartir con ustedes, dado los acontecimientos de nuestros hermanos en Haiti, si desean Terminar de leerla, le recomiendo hacer clic aquí.

“Hechos basados en vida Real, Solo Quien lo Vive lo Puede Sentir”.

Noches de Dolor en Puerto Principie.

Capítulo 1: Haití.

Hechos basados en vida Real. 12 de Enero de 2010.

Apenas calentaba el sol, y la tarde congelaba mis manos, dentro de una habitación éramos 24 estudiantes de Medicina, nuestros mejores años de antaño darían frutos, pues este era el último año de tan precisada carrera.

Dentro del aula nos encontrábamos, cuando el Decano invito a ser participes de una reunión en la Cafetería, el lugar era acogedor, la cafetería era cálida. En ese instante una chica morena, tomo partido del lugar, encendió el televisor, entre conversaciones tríadas y basadas en nuestras propias vidas, un vos capturó nuestra atención, la tensión se apoderó de la Cafetería.

Aberrantes imágenes capturaron la mirada de todos, me sentí impactado por tales sucesos, el dolor capturado en un pequeño cuadro de cristal, presentado ante nuestros ojos, el dolor ajeno en su mayor apogeo. Un escalofrío muy humano recorrió todo mi cuerpo.

En ese momento el Noticiero Nacional, hacia alarde de su cobertura, mientras en mis ojos se marcaban todas esas imágenes, cadáveres muertos, niños destrozados, y abrazados cruelmente por el polvo y los escombros, sangre.

Todo eso marcó en un solo instante una sensación de tristeza y nostalgia en cada uno de nosotros, horas antes todos celebrábamos la próxima culminación de nuestra carrera, pero esta ves la tarde se apodero de nosotros, esta ves, nadie celebra.

Recorridos por el llanto ajeno y atrapados por el dolor expresado en rojo sangre, nuestras miradas se opacaron, nuestras manos se helaron, el sol salió tarde, pero para cuando lo hizo, sus inútiles rayos no pudieron calentar ni siquiera mi cabeza.

En mi cabeza, era doloroso ver cuando trabajo duro, había estrujado en pocos minutos, semejante al arrebato del viento sobre las hojas secas en otoño, así se asemejaba las imágenes que mis ojos acontecieron.

Continuamos nuestros estudios, esta ves, Nadie Sonrió.

Capítulo 2: La Llamada.

Después de esa tarde, la noticias llovían sobre nuestros ojos, reportes de Haití llegaban hasta nuestra pantallas. Lo horrores que se apreciaban eran casi intolerantes ante el ojo sensible.

Más tarde llegó la llamada, en ese momento recibimos un Informe del Ministerio de Salud, este calló en manos del Decano, donde pedía su participación y apoyo para los damnificados de la Catástrofe.

El mensaje no tardó en llegar, se alzaron las voces, 24, 24 era el número de estudiantes, 4 varones y el resto de féminas, seriamos los indicados para salvaguardar la salud y asistir a los damnificados que solicitaban nuestra ayuda.

Más tarde, después de haber sido seleccionados para viajar a Haití, subimos a un Avión de la Fuerza Aérea, nuestros mejores insumos fueron colocados dentro de nuestras maletas, tan firmes en convicción fueron nuestra decisiones, alertados del terror que se vivía en Haití, nuestras emociones afianzaban el deseo de ayuda.

Nuestro mejor sentido de aprecio y humanidad hicieron escuchar su voz, desde el fondo de mi ser, sentía el fuerte deseo de cooperar, el dolor que estrujo mi alma fue motivo suficiente para poder prestarme en servicio a la salud haitiana.

Para Terminar de Leerlo, puedes hacer click aquí.

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